En el pueblo de Ayo a seis de marzo de mil ochocientos cuarenta y cuatro, Yo, el bachiller D. Rafael Cornejo, por enfermedad de propietario y como encargado del curato di licencia para que se diera sepultura eclesiastica en el campo santo de esta parroquia, al Cadáver de Juan Hernández, adulto, de veinticinco años, casado con Guadalupe Martínez a quien dejo viudo, murió de fiebre ayer a las dos de la tarde en el rancho Altamirano. Se confeso y oleo y para constancia lo firme: no testó por pobre.
document
En el pueblo de Ayo a seis de marzo de mil ochocientos cuarenta y cuatro, Yo, el bachiller D. Rafael Cornejo, por enfermedad de propietario y como encargado del curato di licencia para que se diera sepultura eclesiastica en el campo santo de esta parroquia, al Cadáver de Juan Hernández, adulto, de veinticinco años, casado con Guadalupe Martínez a quien dejo viudo, murió de fiebre ayer a las dos de la tarde en el rancho Altamirano. Se confeso y oleo y para constancia lo firme: no testó por pobre.
document
Thank you