Hoy, hace noventa y cuatro años fallecía en el castillo de Bouchout la que fuera emperatriz de Méjico, doña Carlota.
La emperatriz tuvo la bondad de nombrar a mi quinta abuela, María Rojas de López Portillo (esposa de Jesús López Portillo y Serrano, consejero de estado del emperador Maximiliano y su prefecto imperial), como una de sus cuatro damas de palacio junto con las siguientes señoras:
- Rafaela Pérez-Palacios de Elguero. (Esposa de Hilario de Elguero y Guisasola)
- Matilde (Romero de) Terreros de Cervantes. (Esposa de Miguel de Cervantes y Estanillo)
y,
- Refugio Pradel de Adalid. (Esposa de Joaquín de Adalid y Sánchez de Tagle)
La notificación fue publicada en "El Diario del Imperio" número 380, el 6 de abril de 1866, a dos años de haber sido coronada doña Carlota como emperatriz de Méjico.
La emperatriz propuso varias reformas y trazó diversos planes para mejorar donde gobernaba y a quienes lo hacía. Los títulos de damas de palacio no eran honoríficos, ellas realizaban también diversas labores como representantes, en cierta forma, de la emperatriz.
El 25 de junio de 1866 escribía así a mi quinta abuela:
"Mi querida señora de López Portillo,
He recibido sus tres interesantes cartas y los adjuntos estados, agradeciéndole sinceramente las noticias que me da y su empeño en cumplir con mis instrucciones, así como los amables votos que forma para mi cumpleaños.
He hecho transcribir a los ministerios todas las propuestas de mejoras a fin de que me informen del resultado y acabo de recibir la contestación del señor Lacunza que comunico a U. adjunto.
En cuanto a las escuelas veo por el cuadro de los de Guadalajara que el ayuntamiento dispone de los fondos de instrucción pública para otros objetos, creo que sería muy útil si U. podría conseguir de su marido que se les apliquen directamente los impuestos que se cobran a su favor según el citado cuadro.
Reciba U. la seguridad del aprecio verdadero de
Su afecta."
Independientemente de las opiniones que existan sobre la emperatriz -la mayoría viscerales- hay documentación de sobra sobre las buenas acciones que deseó implementar la emperatriz para su fatídico imperio.
Queda un recuerdo más de este nombramiento. En el recibidor de la casa de mi tío Guillermo Tovar de Teresa (hoy Museo-Soumaya Casa Guillermo Tovar de Teresa) había una Virgen de Guadalupe hecha de porcelana que los emperadores habían enviado a María Rojas y a Jesús López Portillo, en ocasión del feliz evento. Esa virgen aún se encuentra en el mismo lugar para los que deseen visitar el museo.
Un cordial saludo,
Erik Andrés Reynoso.